Berlín - Mi experiencia

Por fin os contaré que tal me fueron estos días en Berlín, he tardado, porque no había descargado todavía las fotos. Llegué el sábado 28 al aeropuerto de Tegel, mientras que Verónica estaba con sus amigos, algunos de los cuales llegué a conocer en mis escasitos días en la ciudad germana, en otro aeropuerto que esta en realidad cerrado, Tempelhof.

La ciudad la verdad sea dicha impresiona, son dos ciudades en una, el lado soviético y el lado americano. Uno estando ahí se puede dar cuenta de lo que en realidad supuso en parte ese muro, pero la idea esta todavía más arraigada de lo que nos podamos imaginar.

Dimos un paseo por algunos de los lugares más emblemáticos, el Parlamento, la puerta de Brandemburgo, la Cancillería, la Catedral, la tienda de Bugati para los amantes de los coches y la de Mercedes por Tiertgarden.

 

Visitamos Alexander Platz, donde en uno de los pocos rascacielos de la ciudad vimos como saltaba uno desde la azotea, pero no os asustéis, es una de las atracciones y estaba todo preparado y no corrió ningún riesgo (aunque yo ni con esas hubiera saltado).

A la visita de lugares emblemáticos se sumó la visita de otros lugares como la Sony Platz, la cual aunque a la gente normal le suele encantar, no es lo que comparten los estudiantes de arquitectura que visitan la ciudad para conocer y descubrir la arquitectura de una ciudad tan emblemática como esta.

 

Obviamente y como es el edificio más alto de la ciudad ví el pirulí de la televisión, ya lo siento pero no me quede con el nombre y no lo he encontrado. Este edificio se encuentra en la parte oriental de la ciudad, y mi foto está sacada desde la parte occidental.

Una tarde con unos amigos, fuimos a Mauerpark, un parque muy curioso a través del cual pasaba el muro. Aquí suele tener lugar el domingo un mercadillo en el que venden cosas de segunda mano, desde libros, hasta bolsos. En el parque hay una zona en la que hay como una especie de anfiteatro en el que suele haber un karaoke, pero el día que estuve yo tocó un espectáculo entre cómico y de magia. Había mucho estudiante, mucho “hipster” y gente con mucho sabor por la zona.

Al día siguiente fuimos a visitar el palacio de Charlottenbourg, o Charlottenbourg Schloss, allí nos encontramos con Amanda, y de ahí como dice mi hermana carretera y manta, nos fuimos a visitar el campo de concentración de Sachsenhausen, la inscripción en la entrada era clara, “Arbeit Macht Frei”, que significa “el trabajo te hará libre”. Me pareció cuando menos curiosa la arquitectura, ya que era un triángulo equilátero. En este lugar no solo estuvieron los judíos, muchos otros sufrieron tanto o más como ellos, homosexuales y gente discapacitada tanto física como mental que por norma general parece que nadie se acuerda de que ellos también sufrieron.

De ahí volvimos a Berlín, y fuimos a visitar la East Side Gallery, es parte del muro que ha sido conservado en el cual, diferentes artistas han retratado diferentes imágenes. Esto si que me pareció duro. De la noche a la mañana, mucha gente se vio atrapada a uno u otro lado del muro a partir de 1961, y hasta poco después de que yo naciera la ciudad vivió dividida. Checkpoint Charlie, sigue dando testimonio de lo que ocurrió hasta 1989.

Ya cuando fuimos a visitar la East Gallery, Kam se nos unió, y fuimos como en Berlín se han inventado una playita a las orillas del río. De ahí fuimos a cenar a Pizza Doch, nos lo pasamos muy bien entre risas, yo intentando descubrir como decir alguna que otra cosa en alemán, ¡Menos mal que hablo inglés!

Al día siguiente, me tocaba volver, así que esa mañana fuimos a ver la zona de lagos aledaña a la ciudad, la cual cuenta con una arquitectura que parece que acaba de salir de un cuento de hadas.

Me dio pena volver. Verónica me dio una gran vuelta por la ciudad, pero como siempre una de las cosas importantes es la compañía y la amistad. Por supuesto, no me olvido de comentaros que la ciudad cuenta con una gran oferta cultural, museos, edificios.