Aceptar un halago, o un piropo, puede que no siempre sea
fácil. Y esta situación se complica si es que o careces de modestia, o si
sufres de una timidez profunda. Pero aceptar un halago es sencillo si sigues
alguna de las siguientes técnicas:
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Como decía mi abuelo, “de buen nacido es ser
agradecido”. Por lo que hay que empezar dango las gracias. Un simple “gracias”
sirve, pero no empieces a mirar al suelo, o a querer esconderte detrás de una
maceta, no funciona.
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La falsa modestia no sirve, hay que ser humilde, porque
sino puede aburrir a quien de corazón te quiere sacar una sonrisa, por lo que
no digas nunca “Ya lo sé”, no es educado y hará que la próxima vez que te
quieran decir algo se lo guarden.
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Puedes devolverlo con otro halago, siempre alegra saber
que te gustan sus pendientes, los zapatos, o simplemente que se le ve buena
cara y feliz a la persona que nos piropea.
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Sobretodo, para aceptar un piropo no nos pongamos en
desacuerdo. Por ejemplo, llevas toda la semana sin dormir por el trabajo o los
exámenes y te dicen, “que bien te veo”, no digas, “imposible”, puedes contestar
“gracias, el trabajo duro me sienta bien” o “gracias, con que buenos ojos me
ves”.
Ser amable y sonreir es lo correcto, es cierto que no hay que caer en extremos, un besito.
ResponderEliminarLa verdad son muuuy buenos consjos!
ResponderEliminarYo, lo que siento es que hoy en día quienes te pueden decir un piropo son tus amigas, pero los chicos ya no saben piropear como Dios manda.
ResponderEliminarGracias por los consejos,
Ana