Del lejano oeste con amor

Llevo ya un par de años ya buscando una chaqueta de cuero, una cazadora que me guste y me quede bien, pero al final mi gozo siempre cae en un pozo sin fondo porque no encuentro lo que busco.

Pero parece que al final mi búsqueda va a llegar a su fin, y es que nuestro amigo Amancio como siempre esta en todo. En Stradivarius he encontrado la chaqueta que tanto me gusta, y cumple varios requisitos, es de ante, cremallera metálica (dan mejor resultado), buen precio, y encima es diferente, bastante nativo americano diría yo.

Sin contar que en mi closet encuentro muchas posibilidades, y es que con lo que me gustan las cosas más bien indias y con mis botas nuevas de Minnetonka que os conté creo que van a quedar excepcionalmente bien.

Y como me gusta mucho el estilo desenfadado, y adoro mis vaqueros de Abercrombie & Fitch, los propongo para complementar. Aunque me quiero resistir al frío, creo que unos calcetines son necesarios, y estos son bonísimos. Y para el toque de color y que sea distinto, elijo una de mis blusas de la misma marca de color azul Klein con flores estampadas.

No me podía olvidar de mi eterno enamorado, Mister Michael, Michael Kors, of course. Creo que mi bolso Hamilton puede quedar muy bien, dando un toque más bien elegante junto con el reloj (que tuve que arreglar la correa de lo patosa que soy, rompí el enganche de la muñeca) y mis gafas favoritas.

Ya que la chaqueta es nueva, algo nuevo más tenía que buscar para completar y añadir a mi lista interminable de deseos, y es un pañuelo de Bimba&Lola, que ahora con las bajadas de temperatura no viene nada mal, ya que a las mañanas hace freco, pero luego sube y uno puede sentirse como en una tetera si no se acuerda de quitarse capas y algo de bisutería.

 

Por fin, quería aconsejaros una canción, de los Avett Brothers, personalmente me encanta, tiene ese toque del lejano oeste romántico, como de una noche en el jardín trasero de un rancho, con farolillos de papel colgados. Una guitarra, un ramo de flores silvestres y una mecedora en el porche, pero en lo único que uno se fija es en la pareja que baila al son de una canción que solamente ellos oyen.